La integración sensorial nos da la respuesta. Si buscáis información sobre el tema podéis encontrar diferentes términos: hipersensibilidad táctil, hiperrespuesta al sistema táctil, defensividad táctil…pero todas hacen referencia a lo mismo.
Una persona que necesita menos estímulos táctiles que las demás para que su cerebro al integrar estas sensaciones diga ¡basta, es demasiado!
Desde fuera, nos pueden parecer reacciones exageradas a esos estímulos que para nosotr@s son “normales”, pero para esa persona está siendo realmente desbordante.
Para l@s terapeutas ocupacionales, la INTEGRACIÓN SENSORIAL nos da las herramientas para abordar la intervención.
Pero, para las familias, (y a nosotras ésta nos parece la verdadera magia de la integración sensorial), por primera vez, responde al por qué de muchas conductas y situaciones vividas, y permite comprender por lo que está pasando esa persona.
Por eso nos parece importante difundirlo. El cuento ARENITAS EN LA PIEL es un recurso lúdico para darlo a conocer y a través del cual l@s niñ@s puedan verse reflejad@s y más comprendid@s.
Si conoces a alguien que pueda ayudarle esta información, comparte. Desde Infancia M&P estaremos encantadas de darte toda la información que precises.
¿Podemos detectar esto en la escuela?
Y la respuesta es SÍ
Como maestr@s también hay comportamientos que nos pueden ayudar a detectar o sospechar que un/a peque pueda tener defensividad táctil.
Tanto en el aula como en el recreo, podemos encontrar pistas.
Si determinados estímulos táctiles les hacen sentir desbordad@s, es probable que simplemente lidiar con ellos capte toda su atención. De manera que, si están centrad@s en la molestia que les provoca una etiqueta o una determinada prenda de ropa, prestar atención a la maestr@, y por tanto, aprender, puede resultar más complicado.
También, es probable que intenten evitar sensaciones táctiles.
Para esto puede que en ocasiones se muevan mucho tratando de evitar ser tocad@s, o también puede que se comporten o reaccionen de manera impulsiva. Por ejemplo, puede que surjan conflictos en momentos que impliquen contacto, como al hacer una fila con los compañer@s o en determinados juegos.
Aunque cada peque es distint@, seguramente tampoco salgan precisamente como voluntari@s a jugar con barro, espuma de afeitar, o pintura de dedos…y si alguien tiene que maquillarl@s o pegarles gomets, probablemente preferirán hacerlo ell@s mism@s para tener el control de las sensaciones táctiles.
Puede que, como maestr@s, ahora se os estén viniendo situaciones o determinad@s peques a la cabeza.
Y entonces os preguntaréis, ¿Y qué puedo hacer?