Paula / Mamá de una niña de 6 años
¿Cuáles son para ti la Cara A y la cara B de la maternidad?
Creo que la maternidad tiene que ser algo pensado y deseado, porque sin duda te cambia la vida.
Te la cambia para bien y todo lo malo que pueda tener queda compensado por todo lo bueno que te da. La parte positiva es generar una vida, el ver cómo evoluciona, como crece, como durante 9 meses estás pendiente, como notas, como sientes, todo eso es increíble, es algo mágico y que hay que vivir.
Después ver la carita cuando nace tu hijo o tu hija es algo que hay que sentirlo, hay que vivirlo, porque no se puede expresar con palabras.
¿Qué te da de bueno? Absolutamente todo, cada evolución, cada paso, cada cosa nueva, cada situación que vives es una maravilla.
La parte negativa queda cubierta por todo lo que te da. Lo más negativo que se puede decir o la cara B de la maternidad es que desde que tienes un hijo yo creo que no vas a vivir tranquilo nunca más en tu vida, es una preocupación constante, si estará bien, si le pasará algo, si lo estarás haciendo bien…
– ¿Cuáles son tus pilares en la crianza?
Los pilares de la crianza creo que deben ser…sobre todo uno básico, el amor.
El amor, el cariño, la preocupación, el hacer en todo momento que esté bien, que sea feliz, que sonría, que la vida le sea lo más fácil posible. Y el amor apoyado en las personas que más lo comparten contigo, como puede ser tu pareja, como pueden ser los abuelos, que son una figura fundamental… pero yo creo que en la crianza de un niño lo básico es el cariño y el amor.
– ¿Qué has aprendido en esta nueva aventura?
La maternidad es un aprendizaje constante. He aprendido que a veces las noches son muy largas, he aprendido que mejor tener 17 ojos que dos, porque en cualquier momento te la pueden liar, en menos de 2 segundos. He aprendido a que no se te salga el corazón cuando tiene algún problema, cuando pasa algo. He aprendido que la paciencia puede ser infinita. He aprendido también que no sabía que el amor tuviera también este tipo de expresión, que se pudiese sentir algo tan grande por una persona, algo que te llena el corazón constantemente. Una sonrisa, una palabra, cualquier evolución de un niño te cambia constantemente y te produce una sonrisa.
Creo que es un aprendizaje constante y todos los días aprenderemos algo y nos sorprenderemos constantemente por la evolución y por todo lo que nos pueden dar. Así que todos los días seguiremos aprendiendo y la maternidad es lo que tiene. Nunca sabremos si lo estamos haciendo bien, si lo estamos haciendo mal, esa incertidumbre con la que vives constantemente.
– ¿Qué consejo darías a madres que están a punto de tener a su bebé que te hubiese gustado saber en aquel entonces?
Sinceramente no creo que diese ningún consejo, porque por muchas cosas que te puedan decir, cada niño y cada embarazo o cada parto y cada crianza es un mundo. Cada niño es distinto y tiene unas necesidades distintas de las que puede tener otro. Yo el consejo que doy es que se lo tomen con mucha paciencia, que los primeros meses suelen ser algo durillos, pero que mucho amor, es el único consejo que puedo dar y que se guíen por el corazón. Que puede tomar y anotar lo que le diga la gente, pero que como digo, cada maternidad, cada paternidad, cada niño es un mundo y que lo afronten de la mejor manera posible, que de una forma o de otra todos lo hacemos bien. Y todos acabamos educando a buenas personas.
Yo creo que es muy importante también lo que te han inculcado a ti, que se lo inculques a tu hijo, porque lo que intentamos es educar a buenas personas, y yo creo que eso, mejor o peor, lo sabemos hacer todos, así que, que se guíen por el corazón, que se guíen por el instinto. Mucho cariño, mucho respeto y siendo firmes también, yo creo que hay que tomarse así la maternidad.
Que pidan ayuda cuando la necesiten y que no se sientan mal si en algún momento se ven superados. Porque hay veces que es difícil, así que la gente que está a nuestro alrededor y que nos quiere, nos va a ayudar y nos va a aconsejar. Dejemos que lo hagan.